El 17 de mayo de 1990 se elimina la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales por parte de la Organización Mundial de la Salud. Hoy, 35 años más tarde, en el Día internacional contra la LGTBIfobia, la juventud comunista volvemos a denunciar los abusos, discriminación y violencia que seguimos sufriendo las personas del colectivo y a reivindicar unas vidas dignas y libres de violencia para las personas LGTBI.
Asistimos en los últimos tiempos a un recrudecimiento en el hostigamiento y persecución que sufrimos las personas LGTBI a nivel global, síntoma de un capitalismo en crisis que reacciona con violencia ante disidencias sexuales y de género que acentúan las contradicciones de sus estructuras y su orden social, especialmente si estas pertenecen a la clase obrera. Así, a través de la marginación, la persecución, la represión y el control contra las personas del colectivo, la clase dominante busca alcanzar un doble objetivo, por un lado, la defensa del orden burgués y, por otro, la fragmentación de una clase obrera cada vez más precarizada.
La expresión de la LGTBIfobia asume diferentes formas de violencia y se ejerce de forma sistémica por parte de las instituciones, pero también por parte de grupos e individuos como vectores de las estructuras de opresión y represión contra las disidencias sexuales y de género. La criminalización, el desamparo institucional, legal o sanitario, el abuso y la violencia física o verbal, el disciplinamiento formal e informal, la marginación y discriminación, o la violencia económica, entre otras, están presentes en las vidas de las personas del colectivo como formas de LGTBIfobia. En definitiva, las personas LGTBI de la clase obrera enfrentamos ataques y situaciones de desigualdad brutal que se sustentan y promueven por parte del capitalismo y su ideología dominante.
La emancipación de nuestra clase no pasa sin el fin de la LGTBIfobia, entendiendo la lucha LGTBI como parte indisoluble de la lucha obrera. Una lucha que no deja atrás a nadie cuando reivindicamos el fin de la opresión.
Por ello, en el Día contra la LGTBIfobia, declaramos nuestra solidaridad con todas aquellas personas que han sufrido o sufren LGTBIfobia en todas sus formas posibles y denunciamos la inoperancia de las políticas actuales para hacerle frente, que permiten, entre otras cosas, que día a día aumenten los ataques de odio en nuestro país o que los discursos de odio queden impunes. Además, nos rebelamos frente aquellas instituciones, especialmente burocráticas, judiciales y médicas, que atentan contra la dignidad y reconocimiento de las personas LGTBI.
Demandamos también de manera urgente el desmantelamiento y la lucha contra las redes de impunidad que se generan cuando se producen situaciones de LGTBIfobia, especialmente cuando se ponen en juego la integridad de las vidas y la dignidad de las personas del colectivo. Señalamos también la necesidad de contar con políticas educativas inclusivas e integrales, que favorezcan la visibilidad y el fin de la discriminación por razón de orientación sexual, identidad o expresión de género en todos los ámbitos y espacios.
Como juventud comunista, llamamos a la movilización de las jóvenes obreras para conseguir la erradicación de la LGTBIfobia, acabar con la desigualdad que sufren las personas del colectivo de la que se alimenta el sistema capitalista y luchar por unas condiciones materiales dignas ante un modelo económico que nos pauperiza, marginaliza y expulsa.
Solo juntas y organizadas podremos acabar con la LGTBIfobia.
